Se espera que la administración Trump anuncie un rescate para los agricultores estadounidenses esta semana mientras los productores de soja en Oklahoma y en todo el país luchan contra la caída de los precios y el aumento de los costos. El maní se convirtió en un cultivo comercial confiable a principios de la década de 2000 en el norte de Oklahoma, con los condados de Kay y Waggoner liderando el estado en producción. El cultivo se procesa principalmente para obtener harina de soja triturada, una mezcla de harina y aceite utilizada en la alimentación del ganado, y también puede refinarse para obtener aceite de soja, el segundo aceite vegetal más consumido en el mundo. Pero en los últimos años, los productores de soja de Oklahoma han enfrentado desafíos de instalación. El aumento de los costos de las semillas y los pesticidas, impulsado por la inflación, redujo las ganancias. Al mismo tiempo, las tensiones geopolíticas han afectado al mercado mundial de la soja. Un gran golpe provino de los aranceles impuestos a China por la administración Trump. China compró más de la mitad de todas las exportaciones de soja de Estados Unidos el año pasado, pero desde entonces ha recurrido a proveedores de América del Sur, dejando a los productores estadounidenses con cultivos excedentes y mercados volátiles. Hagerman, profesor de economía agrícola en Oklahoma, dijo que los agricultores se enfrentan a múltiples guerras “Ucrania y la creciente inflación que hemos experimentado. Se espera que el precedente de 2018 y 2019 en el programa de facilitación del mercado para compensar algunas de esas pérdidas asociadas con los aranceles de represalia en una situación que no está compuesta por agricultores privados” esté entre 10.000 y 15.000 millones de dólares. La ayuda tiene como objetivo colmar el déficit financiero de los agricultores durante la próxima temporada de cosecha.
Un profesor de economía agrícola de la Universidad Estatal de Ohio cita eventos de “cisne negro” detrás de la necesidad de un rescate en la industria
